
Queremos comenzar la biografía de Tales de Mileto trayendo uno de sus pensamientos: “La cosa más difícil es conocernos a nosotros mismos; la más fácil es hablar mal de los demás.”
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Introducción
Han existido muchos filósofos en toda la historia de la humanidad, todos han aportado ideas y sabiduría acerca de la vida, el ser humano, la naturaleza y el universo en general; todos deben de ser apreciados por ello. Y el célebre Tales de Mileto no se queda atrás pues su sabiduría es una de las más bellas y humanas personas que han existido, por eso es importante que conozcamos un poco más de la vida y obra de su maravillosa mente.
Primeros años
Poco se sabe de la vida de Tales de Mileto, sus datos biográficos de Tales de Mileto, tan precisos como pueden ser, son una mezcla de opiniones, hechos atribuidos a su persona, y citas con mayor o menor grado de probabilidad, recogidas de diversos autores de épocas bastante posteriores, que además fueron reinterpretadas y expuestas a la luz utilizando la voz y mentalidad del narrador.
Volviendo al tema, según se cree, Tales de Mileto nació en la ciudad de Mileto, una antigua ciudad en la costa occidental de Asia Menor, cerca de la desembocadura del río Menderes, en el 624 a.C. La mayoría de los historiadores lo presentan como genuino milesio (aunque, según Diógenes Laercio, doxógrafo griego, fue admitido en la ciudad jonia de Mileto, a orillas del mar Egeo, después de ser expulsado de Fenicia junto con Nileo). Nacido o no en Mileto, es indiscutible que moró en esta ciudad, y que fue allí donde desenvolvió su filosofía, sus indagaciones científicas y sus mediaciones políticas.

Fue hijo de Euxamias (o Examio) y de Cleobulinas (o Cleóbula), ambos oriundos de Fenicia y descendientes de Cadmo y Agenor. Puesto que los jonios comerciaban frecuentemente con Egipto y Babilonia, es probable que Tales visitara Egipto en alguna etapa de su vida, y allí podría, o bien haber recogido sabidurías de los sacerdotes, quienes registraban con mucha laboriosidad todo evento astronómico o meteorológico extravagante por motivos religiosos y que poseían, por consiguiente, abundante información al respecto; o, también, haber obtenido conocimientos matemáticos, que los egipcios habían perfeccionado a un nivel experto con el objetivo de calcular y concretar las superficies de tierra cuyos fines solían borrarse con las continuas crecidas del río Nilo. También se cree que de los babilonios pudo también haber obtenido conocimientos científicos.
Junto con estas suposiciones, existe la teoría de que de Mileto podría haber sido condiscípulo junto con Solón y Ferécides de Siros, y también existe una fuente que lo vincula con Pitágoras, a quien habría encomendado marchar hacia Egipto e instruirse con los sacerdotes de Menfis y Dióspolis. Sin embargo, estos datos en absoluto son confiables, puesto que provienen de fuentes muy alejadas de la época de Tales. Es más seguro que el filósofo Anaximandro haya sido su discípulo, así como Anaxímenes el de este.
Tanto Heródoto como Diógenes Laercio lo señalan a de Mileto como un sabio consejero político de jonios y lidios. Entre las anécdotas que se relatan acerca de él, refiere Heródoto que logró desviar el río Halys para que fuera cruzado por el ejército de Creso (Heródoto mismo niega esto, pero modernos especialistas no descartan por completo la verdad que pueda haber en ello). Aristóteles, por su parte, cuenta en su Política cómo una vez que, habiéndosele recriminado su escasez y su falta de inquietud por las cuestiones materiales, y luego de haber advertido, gracias a sus conocimientos astronómicos, que habría una próspera cosecha de aceitunas la siguiente temporada, compró durante el invierno todas las prensas de aceite de Mileto y Quíos y las alquiló al llegar la época de la recolección, acumulando una gran fortuna y mostrando así que los filósofos pueden ser ricos si lo desean, pero que su ambición es bien distinta.
Es posible que la anécdota más conocida de Tales es aquella que nos cuenta Heródoto: que anunció a los jonios el año en que sucedería un eclipse solar (lo que desde 2005 se sabe que fue por el conocimiento de un ciclo de eclipses babilónico), hacia el año 585 a. C. El eclipse sucedió, en efecto, en medio de una batalla, por lo que los combatientes se detuvieron en sus lugares y a continuación avanzaron hacia un acuerdo de paz, por temor de que ese evento astronómico fuera una advertencia divina.
También es muy conocido lo que cuenta Platón, por boca de Sócrates, en su diálogo Teeteto: que, al hundirse Tales en un pozo por caminar con su vista hacia el movimiento de las estrellas, una campesina tracia se reía mientras el filósofo se excusaba diciendo “que tenía ansias de conocer las cosas del cielo pero que lo que estaba… justo a sus pies se le escapaba”.
Obras
Con respecto a las obras del célebre Tales de Mileto, Simplicio de Cilicia escribió: “Se dice de Tales que no dejó nada escrito, excepto la llamada Astrología náutica”. En cambio, Diógenes Laercio escribe: “Según algunos, nada dejó escrito, pues dicen que la Astrología náutica que se le atribuye es de Foco Samio. Pero, según otros, escribió dos obras: Sobre el solsticio y Sobre el equinoccio”
De esta manera se describen las únicas tres opciones existentes respecto a los trabajos de Tales de Mileto: que solo escribió la Astrología, que solo escribió Sobre el solsticio y Sobre el equinoccio y que no escribió nada. De cualquier manera, lo cierto es que, de haber escrito Tales algo, sus escritos se perdieron más rápidamente de lo que deberían de haberlo hecho, y, respecto de las pocas fuentes que citan sus presuntos escritos, no puede determinarse con certeza si dichas fuentes tenían en sus manos o bien escritos de Tales o bien fuentes secundarias o si solo repetían rumores o cuentos populares.
Matemáticas
Se atribuyen a Tales varios descubrimientos matemáticos registrados en los Elementos de Euclides: la definición I. 17 y las proposiciones I. 5, I. 15, I. 26 y III. 31.
Asimismo es muy conocida la leyenda acerca de una técnica de balance de sombras que Tales habría manejado para calcular la elevación de las pirámides egipcias: el milesio reparó en que se podría saber la altura exacta de las pirámides calculando la sombra de estas durante las horas del día en que su sombra era más o menos de igual tamaño que su cuerpo. Esta técnica fue aplicada luego a otros fines prácticos de la navegación.

Se presume además que Tales sabía ya acerca de muchas de las bases de la geometría, como el hecho de que cualquier diámetro de un círculo lo dividiría en partes idénticas, que un triángulo isósceles tiene por fuerza dos ángulos iguales en su base o las propiedades relacionales entre los ángulos que se forman al cortar dos paralelas por una línea recta perpendicular.
Los egipcios habían aplicado algunos de estos conocimientos para la segmentación y división de sus terrenos. Esta necesidad brotó a raíz de que el Nilo, con sus constantes crecidas, borraba las líneas divisorias de los campos de cultivo, por lo que era necesaria una manera de medir de nuevo el terreno. Más, según los pocos datos con los que se cuenta, Tales se habría dedicado en Grecia mucho menos al espacio (a las superficies) y mucho más a las líneas y a las curvas, alcanzando así su geometría un mayor grado de complejidad y abstracción.
Filosofía
Se considera a Tales de Mileto como el primer filósofo de Occidente por haber sido quien ambicionó la primera definición fundada a diferentes anómalos del mundo de la que se tiene constancia en la historia de la cultura occidental. En su tiempo prevalecían aún las ideas mitológicas, pero Tales buscaba una explicación racional, lo que se conoce como “el paso del mito al logos”, donde la palabra griega logos alude en este contexto a “razón”, uno de sus significados en castellano.
Es muy probable que haya sido uno de los primeros hombres que llevaron la geometría al mundo griego, y Aristóteles lo consideraba el primero de los “filósofos de la naturaleza”. Muchas de estas ideas parecen provenir de su educación egipcia. Igualmente, su idea de que la tierra flota sobre el agua puede haberse desprendido de ciertas ideas cosmogónicas de Oriente Próximo.
Fuentes
La filosofía de Tales de Mileto no se conoce de primera mano, pues ninguno de los escritos de Tales ha prevalecido hasta la fecha y, de hecho, como se dijo antes, ni siquiera existe la certeza de que él haya escrito algo. Las aserciones patentadas que se le imputan a él posiblemente hayan alcanzado a los oídos de los transmisores por segunda mano o incluso por cuentos populares. Además, entre las ideas por las que se le da el crédito, no es posible establecer a ciencia cierta cuánto es realmente de lo que Tales dijo como tampoco si Tales se expresó en los mismos términos en que sus ideas se han transmitido.
En cuanto a su filosofía, contamos con el importante aporte de Aristóteles, el cual, en su descripción, diferencia los dichos atribuibles con alguna certeza al mismo Tales, (usando las exactas palabras: “Tales dijo que…”) de los hechos dudosos (“dicen que Tales dijo que…”) y de sus propias opiniones (“quizá Tales quiso decir que…”). Aristóteles lo considera, en su relato de las ideas metafísicas como el primero que se dedicó a investigar las primeras causas y los primeros principios, señalándolo así como el primer filósofo y fundador de la filosofía natural.
Cabe destacar que en su época, estos primeros filósofos (los presocráticos) no trataban acerca de ética, política o moral, de hecho se les considera físicos porque teorizaban racionalmente sobre el origen del universo, se dedicaban al estudio de la naturaleza y empezaron a estudiar el campo de las matemáticas, geometría y aritmética.
Pensamiento
Como todo buen filósofo, Tales mantenía diversas ideas y principios respecto a muchas de las cosas que le rodeaban. La explicación universal y racional que sostuvo fue que el agua es origen de todas las cosas que existen; como en la época en la que vivió, todavía no se diferenciaba entre seres vivientes y no vivientes, Tales atribuye vida al agua.
Según sus propias palabras: “Porque como el agua se mueve sola, esta debe tener alma, puesto que el alma es lo que hace moverse las cosas.”

En cuanto al alma, la considera como dadora de vida, movimiento y divina. Y también es divina (está llena de dioses) porque el alma es divina para él.
Y por último, de nuevo Aristóteles en Sobre el cielo y Séneca en Cuestiones naturales afirman que Tales sostenía que la tierra sobre la que pisamos es una especie de isla que “flota” sobre el agua de forma parecida a un leño y por ello la tierra a veces tiembla. Al no estar sostenida sobre unas bases fijas si no que como está flotando sobre el agua, está la hace tambalearse.
Importancia de su labor
Con todo esto, se puede entender claramente por qué se considera a Tales de Mileto como el primer filósofo de Occidente, y es que, como ya hemos dicho, fue el primer hombre occidental (del que se sabe) que trató de conocer la verdad del mundo mediante explicaciones racionales y no fantásticas o místicas, como hasta entonces se hacía en la Antigua Grecia por medio de los mitos. Y por lo tanto, Tales es verdaderamente importante para la Historia de la filosofía occidental. Fue el iniciador de la misma y con ello, creó un legado de búsqueda y amor a la sabiduría, que continuará inmediatamente con Anaximandro y Anaxímenes, y que llegará a su esplendor, en la Antigua Grecia; más de un siglo después con Sócrates, Platón y Aristóteles: tres filósofos que se han convertido en los pilares del pensamiento que hoy conocemos bajo el nombre de filosofía occidental.
Muerte
Apolodoro, en sus Crónicas, afirma que Tales murió a la edad de setenta y ocho años; por el otro lado, Sosícrates, dice que murió en la olimpiada LVIII, a la edad de noventa años. Otra fecha en la que se afirma que murió se da en el año 585 a. C., aunque actualmente se acepta que murió cerca del año 546 a. C. La causa de su muerte se atribuye a la insolación.
Conclusión
Gracias a la biografía de Tales de Mileto ahora podemos conocer a este gran personaje, un hombre inteligente y curioso, deseoso de conocimientos. Sus ideas y descubrimientos lo hicieron merecedor del titulo de primer filosofo de la naturaleza por volcar sus esfuerzos hacia el descubrimiento de razones naturales sobre las mágicas y mitológicas de la época.