
En este artículo vamos a redactar la biografía de Juan Pablo Duarte, un famoso político y activista liberal dominicano.
Juan Pablo Duarte fue uno de los grandes personajes de la historia de República Dominicana. Junto con Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez, es considerado uno de los Padres de la Patria de su país, fundador de la Sociedad Trinitaria y el principal precursor de la independencia del país. Su vida estuvo marcada por dos grandes hechos, resultados de la lucha que emprendió por la causa que tanto defendió y protegió: lograr la independencia de su país de Haití, y la restauración de la República Dominicana.
Pero, aunque un hombre emprendedor y poderoso, la biografía de Juan Pablo Duarte y Díez nos enseña a ser humildes de corazón y el verdadero significado del heroísmo, trágicamente su historia tiene un final trágico que explicaremos más adelante…
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Infancia y crecimiento
La gran historia de Juan Pablo Duarte y Díez comienza con su nacimiento el 26 de Enero de 1813 en la ciudad de Santo Domingo, (actualmente llamada Ciudad Colonial).

Nacido en el seno de una familia de clase media que se dedicaba al comercio de artículos de marina y ferretería en la zona portuaria de Santo Domingo, sus padres fueron el próspero comerciante español, José Duarte Rodríguez, y Manuela Díez. Fue el cuarto de once hermanos, entre los cuales los más conocidos son el comerciante de madera Vicente Celestino, y la periodista y maestra Rosa Protomártir; ambos de los cuales tuvieron una activa participación en la causa independentista de su hermano.
Duarte fue nacido y criado en Mayagüez, Puerto Rico; puesto que sus padres emigraron a ésta desde la colonia española en Santo Domingo en 1802, evadiendo así la imposición del estado francés en el lado oriental de la isla.
Para el año 1819, Duarte fue inscrito en la escuela de Manuel Aybar donde aprendió lectura, escritura, gramática y aritmética. Fue alumno del Dr. Juan Vicente Moscoso, con quien realizó estudios superiores de latín, filosofía y derecho, debido al cierre de la universidad por parte de las autoridades haitianas, y quien fue una de las grandes influencias en la vida del joven Juan Pablo. Trágicamente, el Dr. Moscoso fue exiliado a Cuba, pero su rol fue continuado por el sacerdote Gaspar Hernández.
Dos años después, el 1 de diciembre de 1821, a la edad de 8 años, Duarte fue testigo de cómo el escritor y político José Núñez de Cáceres declaró, por breve tiempo, la independencia del dominio colonial de España y cambió el nombre de la ex colonia española por el de “Haití Español”. José Núñez representaba a un selecto y privilegiado grupo cansado de ser ignorado por la Corona y preocupado también por el nuevo giro liberal de Madrid, proceso que lideraba y que no pasó desapercibido. La década de 1820 fue una época de profundos cambios políticos en todo el Mundo atlántico español y que influenció la manera de pensar de sectores de la pequeña burguesía, como lo eran los Duarte.
Fue en esta época que se inició en España un conflicto desmoralizador entre realistas y liberales en la Península Ibérica, lo que hoy se conoce como el Trienio Liberal, de 1820 a 1823. Sin embargo, los eventos de la emancipación de 1821 en Santo Domingo fueron diferentes a los del resto del continente, ya que fueron de corta duración. Aunque el gobierno de José Núñez pidió apoyo del nuevo gobierno republicano de Simón Bolívar, su petición fue ignorada.
Estudios superiores e inmersión en la política
Años después de estos eventos, a la edad de 15 años, Juan Pablo Duarte fue enviado por sus padres a Inglaterra vía Nueva York para que completase sus estudios; desde allí pasó a Francia y posteriormente a España. Fue durante este tiempo que se iniciaron en Europa los nuevos regímenes impuestos por la Revolución Francesa, de los cuales Duarte fue testigo. Mostró especial interés por los cambios producidos en Alemania y en Francia, pero sobre todo por los acontecimientos de España y las reformas que habían intentado introducir en las Cortes de Cádiz.
Fue entonces cuando comenzó a formarse su ideario político, en el cual el nacionalismo y el liberalismo se fundían sobre un trasfondo romántico. Juan Pablo Duarte entendió que el pueblo dominicano poseía una identidad propia y tenía derecho a la independencia política. Alcanzada ésta idea, y conforme al pensamiento liberal, la nación debía organizarse sobre la base del institucionalismo de la democracia representativa, y en el año 1833 regresó a su país dispuesto a poner en práctica estas ideas.
Fundación de La Trinitaria

El 16 de julio de 1838, Duarte fundó una sociedad secreta a la cual llamó “La Trinitaria”, que tenía como objetivo ayudar a quebrantar la ocupación haitiana. El lema de ésta sociedad fue: «Dios, Patria y Libertad», como su conmemoración a su sueño de la libertad de su país, y por el cual los iniciados juraban solemnemente luchar por la independencia del mismo.
Fue en el seno de la clase media urbana donde los planteamientos de Duarte encontraron mayor eco, algunos de sus primeros miembros incluyeron: Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandro Pina, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, José María Serra de Castro, Benito González, Felipe Alfáu y Juan Nepomuceno Ravelo, y más adelante se unirían Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez, quienes adquirieron un rol protagónico junto a Duarte.
Pese al buen recibimiento de las ideas de Duarte, por aquel entonces, casi toda la aristocracia y demás grupos dirigentes se hallaban conformes con el régimen haitiano, razón por la cual fue imposible obtener, en los primeros años, su cooperación.
En 1840, dos años después de la fundación de La Trinitaria, para sus actividades públicas constituyeron otra sociedad llamada “La Filantrópica”, cuyo lema era: «Paz, unión y amistad», y tenía una presencia más pública, tratando de difundir las ideas veladas de liberación a través de representaciones teatrales. Entre las obras que se presentaron están: «Roma Libre» del dramaturgo italiano Vittorio Alfieri, «La viuda de Padilla« de Francisco Martínez de la Rosa, «Un día del año 23 en Cádiz» de Eugenio de Ochoa, entre otras. Luego de varios intentos fallidos, los trinitarios no se sentían conformes con los resultados y fundaron “La Dramática”, una tercera sociedad en la que todos los trinitarios se dedicaron a la actuación.
En 1842, Duarte se convirtió en oficial de alto rango de la Guardia Nacional, a la oportunidad dirigida por el Gobierno haitiano. Para ese momento el régimen impuesto por Boyer había pasado de ser un gobierno liberal y progresista a convertirse en una dictadura en medio de graves problemas económicos y fuerte resistencia interna en la parte occidental de la isla.
Los trinitarios, se unieron al movimiento revolucionario reformista haitiano denominado “La Reforma” que terminó por derrocar a la dictadura de Boyer en febrero del año 1843, colocando a Charles Hérard en la presidencia de Haití.
Duarte encabezó dicho movimiento en la ciudad de Santo Domingo convirtiéndose en el líder político principal en ese momento. No obstante, las actividades independentistas de los trinitarios fueron delatadas y el nuevo presidente Charles Hérard encabezó la ocupación militar con el objetivo de desarticular el movimiento separatista.
La Primera República y el primer exilio
Ese mismo año, en pleno preparativo para organizar el movimiento de independencia, Duarte tuvo que abandonar el país clandestinamente hacia Curazao por su conducta revoltosa, donde fue recibido con la noticia de la muerte de su padre el 25 de noviembre de ese año. Es en este momento que Juan Pablo Duarte le indica a su madre vender el negocio familiar para financiar la revolución independentista.
En su ausencia, Francisco del Rosario Sánchez tuvo que tomar el liderazgo del movimiento y realizó una alianza con el sector separatista conservador encabezado por Tomás Bobadilla y Briones y Buenaventura Báez, surgiendo el Manifiesto del 16 de enero de 1844. Todo esto, junto con la ayuda de muchos que querían librarse de los haitianos que gobernaban sobre los dominicanos, condujo a la proclamación de la independencia el 27 de febrero 1844.
Regreso a Santo Domingo
Duarte regresó a Santo Domingo el 15 de marzo de 1844, pocos días después de declarada la independencia del país, cargado con las armas que había comprado en Curazao, y bienvenido como “Padre de la Patria”.

De inmediato fue designado general del ejército y procurador de la Junta Central que gobernaba la naciente república, que también tenía como finalidad la designación del primer gobernante de la nación.
Aunque Duarte fue apoyado por muchos como candidato a la presidencia, y Matías Ramón Mella incluso lo declaró presidente; Duarte rechazó la oferta, argumentando que sólo aceptaría el cargo por la elección mayoritaria de los dominicanos. Entonces, debido a estos acontecimientos, Tomás Bobadilla asumió el cargo.
Segundo Exilio
Tiempo después, viéndose enviado a combatir al ejército haitiano, entra en contradicciones con Pedro Santana, terrateniente y jefe del ejército en el sur del país, de tendencias imperialistas, además de uno de los principales directores del sector conservador.
El 26 de mayo de 1844, Tomás Bobadilla, jurista y primer gobernador de la nueva Junta, propuso convertir la república en un protectorado de Francia. El sector conservador liderado por Bobadilla se había adueñado del poder y tenía mayoría en la recién creada Junta Central Gubernativa.
El 9 de junio del mismo año, Duarte encabezó junto a Sánchez un golpe de estado que destituyó a Bobadilla y sustituyó los miembros conservadores de la Junta Central por otros liberales. Esta nueva Junta, encabezada por Sánchez, envió a Duarte y a Mella a la región norte a conseguir apoyo. En julio, el ejército del norte proclamó a Duarte como presidente. A pesar de que Duarte no aceptó, Santana protestó y, apoyándose en el ejército del sur, entró a Santo Domingo y disolvió la Junta que presidía Sánchez, creando otra. En agosto, Santana dispuso el apresamiento de Duarte, quien se rehusaba volver al dominio español. Sin embargo, se dejó apresar para evitar una guerra civil que pudiera ser aprovechada por los haitianos y el 10 de septiembre, Santana declaró a Duarte, Sánchez, Mella y otros liberales «traidores a la Patria» condenándolos al exilio en Hamburgo.
Tras una breve estancia de en Hamburgo, el 30 de noviembre Duarte se trasladó a La Guaira, donde su familia completa, ahora sumida en la miseria, también había sido desterrada por Santana.
En febrero de 1845, estando en Caracas, recibió la noticia del fusilamiento de María Trinidad Sánchez, su fiel seguidora y tía de su cercano amigo y segundo al mando, Francisco del Rosario Sánchez.
Considerándose culpable de esta muerte, y rechazando la idea de alentar una guerra civil, Duarte desapareció de la vida pública, internándose en la selva venezolana. Después se residió en la ciudad de Angostura, perdiendo todo contacto con amigos y familiares por más de quince años.
Para el año 1862, Duarte reapareció en Caracas para organizar junto a su hermano Vicente Celestino una pequeña expedición. Y dos años después, regresó a Santo Domingo el 24 de marzo de 1864, para ponerse a las órdenes del gobierno restaurador en armas de Santiago de los Caballeros. Este gobierno decidió nombrarlo su representante en el exterior con la misión de obtener apoyo de Venezuela y los demás países en la lucha militar contra España.
Tercer y último exilio y muerte

El 7 de junio de 1864, Duarte fue enviado como cónsul al exterior con el objetivo de recolectar fondos para la causa restauradora. Esta misión terminó por convertirse en otra especie de exilio, aunque no existen pruebas de que fuera esa la intención del gobierno restaurador.
En este tiempo, a Duarte le fue ofrecida una pensión honorífica que fue incumplida y se quedó en Venezuela con su familia, subsistiendo de ingresos provenientes de una fábrica de velas.
A pesar de que el presidente Ignacio María González le pidió que regresara, Duarte permaneció en Venezuela hasta el final de su vida el 15 de julio de 1876 en Caracas. Sus restos fueron trasladados a suelo dominicano en 1884, irónicamente, por el gobierno de Ulises Heureaux, dictador de ascendencia haitiana, quien lo declaró Padre de la Patria junto a Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella. En 1944, los restos de los tres héroes nacionales fueron sepultados en el Altar de la Patria, donde se encuentran hasta la fecha de hoy.
Quieres aprender mas sobre los grandes personajes de la historia te recomiendo que le heches un vistazo a las siguientes biografias:
- La biografia de Lazaro Cardenas del Rio
- La vida de Napoleon Bonaparte
- La biografia de Benito Juarez Garcia
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- La biografia de Nelson Mandela
Conclusión
Además de estar llena de lucha y determinación, la biografía de Juan Pablo Duarte Díez es una historia de idealismo, de sueños, de humildad, y de compañerismo, la historia de cómo un hombre humilde pudo llegar a liberar a todo un país y ser recordado para la historia; sin olvidar por quién y para qué lo estaba haciendo.
No por él.
No para sí mismo.00
Sino para la libertad del país que amaba, y en el que creía.