
¿Cómo se empieza a describir la biografia de Frida Kahlo? ¿Usamos las palabras de su adorado Diego Rivera, o las de las propia Frida?
“Pies, ¿para qué los quiero? Si tengo alas para volar”
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¿Por qué no las nuestras propias?
Aunque realmente nada de lo que dijésemos podría hacerle justicia. ¿Cómo podríamos empezar a describir a la más bella, más valiente, más agresiva, más talentosa, más dulce, más amable, más fuerte, más épica de todas las mujeres?
Marcada en mismo niveles por la belleza y la tragedia, Frida Kahlo no puede ser calificada como solo una persona o solo una mujer. Frida es arte.
Simple y llanamente, es arte.
Hiriente como la espina de una rosa y suave como un pétalo de la misma, Frida es el arte más puro que existe y en su máxima expresión. Su belleza es arte, su dolor es arte, sus pinturas son arte, sus palabras son arte. Su biografía es arte, así que disfrutémosla…

Frida pintora mexicana infancia
Nacida el 6 de julio de 1907, en Coyoacán, México, con el nombre de Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, fue la tercera hija del fotógrafo Guillermo Kahlo, un inmigrante alemán de supuesta ascendencia judeohúngara y nacionalizado mexicano, y de Matilde Calderón, una mujer local.
Desde un principio, la bebé Frida se vio a sí misma afectada por el sufrimiento de la salud. En 1913, con tan solo 6 años de edad, contrajo poliomielitis, enfermedad que la obligó a permanecer nueve meses en cama y le dejó una secuela permanente: la pierna derecha mucho más delgada que la izquierda. Debido a este desafortunado hecho, la pobre Frida no podía desarrollarse ni moverse como los otros niños en su entorno, pese a practicar deportes en conjunto, siempre se vio abatida por la soledad.
Hasta la fecha, no se ha logrado identificar con exactitud la escuela a la que concurrió Frida antes de 1922, pero repetidamente se ha señalado que fue alumna del Colegio Alemán hasta 1921. Sin embargo, las actas del colegio no brindan una prueba de ello, ni Frida tenía el dominio esperable del idioma, afirmado por ella misma.
En 1922 ingresó a la prestigiosa Escuela Nacional Preparatoria de Ciudad de México, que recientemente había comenzado a admitir estudiantes mujeres, y tenía intenciones de estudiar Medicina.
Accidente e inicios en la pintura
Tres años después, el 17 de septiembre de 1925, ocurrió un hecho que sacudió a Frida y a la historia.
Ella sufrió un grave accidente cuando regresaba de la escuela junto a Alejandro Gómez Arias, su novio de entonces. El autobús en que ambos viajaban fue arrollado por un tranvía y, por consecuencia de esto, la columna vertebral de la hermosa Frida quedó fracturada en tres partes, sufriendo además fracturas en dos costillas, en la clavícula y tres fracturas en el hueso pélvico. Por si fuera poco, su pierna derecha se fracturó en once partes, su pie derecho se dislocó, su hombro izquierdo se descoyuntó y un descansa brazos la atravesó desde la cadera izquierda hasta salir por la vagina.
Tras este horrible, horrible accidente, la bella y fuerte Frida trataba de moverse lo menos posible para ayudar a la sanación de sus heridas. Si bien en su infancia para reponerse de la poliomielitis se había interesado más por los deportes, ahora había decidido dedicarse a la pintura dado que, aunque no era una actividad de su interés para el momento, aprovechó que un amigo de su padre, Fernando Fernández Domínguez, le había enseñado a dibujar hacía poco tiempo mientras trabajaba en su taller de grabado e imprenta.

Fue con este suceso mezclado de emociones y de dolor que Frida Kahlo se inició a sí misma en la pintura.
Como su primera pintura, decidió hacer un autorretrato al óleo que dedicó a su querido Alejandro Gómez Arias. Una vez terminada dicha pintura, Frida resolvió utilizar su recién adquirido pasatiempo para reflejar en sus cuadros los sucesos de su vida y los sentimientos que le producían.
Para la época de 1927, Frida ya había comenzado a frecuentar ambientes políticos, artísticos e intelectuales. A través de Germán de Campo, un dirigente estudiantil muy admirado por Frida, conoció al comunista cubano Julio Antonio Mella quien vivía exiliado en México con su pareja, la fotógrafa italiana Tina Modotti. Las dos mujeres entablaron amistad rápidamente y Tina empezó a llevar a Frida a las reuniones políticas del Partido Comunista de México, organización a la que se incorporó Frida. Y, por si fuera poco, además de este favor también fue a través de su buena amiga Tina que conoció al pintor Diego Rivera.
Vida posterior
Pese a haberse encontrado con Diego Rivera en diversas ocasiones y veladas a las que asistió con su amiga Tina Modotti, nunca había hablado con él directamente. Un día lo visitó espontáneamente, mientras trabajaba en una serie de murales para el edificio de la Secretaría de Educación Pública, con el objeto de mostrarle sus propios trabajos. Diego quedó impresionado con sus cuadros y la animó a seguir pintando entablando una amistad que condujo a varias visitas de parte de Diego a la casa de Frida.
El 21 de agosto de 1929, ambos contrajeron matrimonio, y en 1930, Frida se embarazó por primera vez. Sin embargo, debido a la posición anómala del feto y a las secuelas del accidente de 1925, el embarazo debió ser interrumpido a los tres meses por decisión de su médico, quien le diagnóstico, junto con sus compañeros de oficio, que probablemente Frida nunca podría tener hijos.
Desde entonces, los esposos no llevaron el más convencional de los matrimonios. Su esposo, Diego, tuvo varias aventuras con otras mujeres, pero la pareja no parecía incomodarse por esto y se complementaban tan bien que decidieron permanecer juntos. Pese a todo, Diego amaba a Frida y a su pintura, convirtiéndose en su mayor admirador, y Frida, por su parte, fue la mayor crítica de Diego.
Durante el período de 1931 a 1934, el ambiente político de México se volvió complicado para los simpatizantes de izquierda, al que ambos, Frida y Diego, pertenecían, debido al gobierno de Plutarco Elías Calles. Como la fama y la reputación de Rivera había crecido en los Estados Unidos, le surgieron encargos en ese país, por lo que decidieron cambiar su residencia al país vecino, pasando la mayor parte del tiempo en Nueva York y Detroit.

Posteriormente, volvieron a México en el año 1933. Fue en este tiempo que Diego Rivera tuvo un romance con la mismísima Cristina Kahlo, la hermana pequeña de Frida.
Pese a haber superado sus infidelidades anteriores, este acontecimiento con Cristina afectó mucho a Frida y representó un cambio drástico en su relación. Aunque llegaron a superar sus conflictos, Frida, por su parte, inició otras relaciones amorosas tanto con hombres como con mujeres que provocaban los violentos y obsesivos celos de Diego.
Uno de estos enredos ocurrió entre 1937 y 1939 cuando el revolucionario de Ucrania, León Trotsky, vivió exiliado en la casa de Frida en Coyoacán junto a su esposa, e inició un romance con Frida.
El 6 de noviembre de 1939, Frida y Diego se divorciaron debido a las infidelidades del esposo, particularmente la que involucró a la hermana de Frida, Cristina. Frida regresó temporalmente a su casa de Coyoacán y sufrió de un período depresivo recurriendo al alcoholismo a manera de aliviar su sufrimiento físico y psicológico.
Un año después se produjo el primer intento de homicidio por parte del militar, José de Jesús Alfaro Siqueiros, contra León Trotsky, a raíz del cual se realizó un allanamiento en su casa y Frida estuvo detenida por la policía durante algunas horas. En agosto de ese mismo año, León fue finalmente asesinado en un segundo atentado ejecutado por el miembro de NKVD estalinista, Ramón Mercader, Frida fue acusada de ser la autora del crimen pero fue dejada en libertad poco después.
Ese mismo año, su ahora ex esposo, Diego Rivera viajó a San Francisco y Frida le siguió poco después para someterse a una nueva operación quirúrgica con el cirujano Leo Eloesser. Tras esto, no pasaron más de dos meses antes de que Frida y Diego decidieran volver a casarse, estableciendo un nuevo acuerdo para su relación: vivir juntos, compartir los gastos, continuar con la colaboración artística y excluir de su relación la vida sexual de pareja.
Durante estos años, el reconocimiento artístico de Frida se fue incrementando, especialmente en EE. UU. Participó en importantes exposiciones colectivas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en el Instituto de Arte Contemporáneo de Boston y en el Museo de Arte de Filadelfia.
Últimos años
En el año 1953 se realizó la única exposición individual en su país durante la vida de la artista, en la Galería de Arte Contemporáneo, en Ciudad de México, desafortunadamente, la salud de Frida estaba muy deteriorada y los médicos le prohibieron asistir a la misma, prohibición que, por supuesto, se rehusó a cumplir y llegó en una ambulancia al evento, pasando su más divertida y maravillosa velada en una cama de hospital, en la que disfrutó como nunca antes.

Tristemente en ese mismo año, la hermosa Frida contrajo gangrena y le tuvieron que amputar la pierna por debajo de la rodilla. Este acontecimiento la sumió en una gran depresión que la llevó a intentar el suicidio en un par de ocasiones, utilizando para ello los analgésicos que le habían prescrito para su pierna. Fue durante ese tiempo que participó más activamente en su diario, donde escribía poemas para expresar su dolor y sufrimiento.
El 19 de abril de 1954, la hermosa, fuerte y valiente pintora ingresó al hospital inglés tras uno de sus intentos de suicidio y, aunque escribió en su diario que ha prometido no recaer, el 6 de mayo, la hospitalizaron nuevamente por el mismo motivo.
Frida Kahlo podría ser muchas cosas pero no era una desertora, no permitió que esto le quitase su vida, ella aún podía hacer grandes cosas. Utilizando una silla de ruedas, el 2 de julio del mismo año participó, junto a Diego de Rivera y Juan O’Gorman, en una manifestación de protesta contra la intervención estadounidense en Guatemala.
El 13 de julio de 1954, ocurrió un hecho que sacudirá para siempre la historia del mundo: una mujer que parecía hecha de acero, como lo era Frida Kahlo, tan indestructible, tan inquebrantable, falleció debido a una trombosis pulmonar…
Las mejores frases de Frida Kahlo
La pintora mexicana Frida Kahlo fue muy original en todo. Su manera de vestir, con trajes regionales, faldas típicas mexicanas, huipiles, rebozos, y en su pelo flores y trenzas, ha sido motivo de inspiración hasta la fecha. Fue una mujer fascinante, magnética y dramática que tenia una mirada penetrante protegida por esas cejas que eran únicas. Su obras artísticas son un resumen de su vida, Pero también escribía mucho a traves de su diario, apuntes y cartas que han llegado a ser frases de Frida Kahlo inspiradoras, aqui te comparto solo algunas de las mejores.

Conclusión
Las últimas palabras en el diario de la biografia de Frida Khalo fueron: «Espero alegre la salida y espero no volver jamás»…
Frida estaba tan triste… Pero a la vez tan decidida. Ella no se rindió. Sus intentos de suicidio no fueron una rendición, fue consuelo. Ella buscaba consuelo. Y aunque no pudo conseguirlo, ¡ella no dejó de luchar!.
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¡Qué bella era Frida!
Ni en un millón de años podríamos nosotros siquiera empezar a describir lo trascendental que ella era. Lo único que podemos hacer es agradecerle. A ella y a Dios, que nos amaba tanto como para regalarnos un alma tan hermosa, unas manos tan talentosas, y una mente tan celestial como lo fue Frida Kahlo. Estemos agradecidos de su vida, de lo bueno y lo malo. No lloremos por lo que sufrió, alegrémonos por lo que creó. Más que pinturas, creó obras. Más que obras, creó historias. Más que historias, creó una leyenda.
Aplaudamos, celebremos a Frida Kahlo. Celebremos su vida, su historia, su sufrimiento, su felicidad. Admirémosla. Enceguezcámonos con su arte, con su belleza. Insisto, ¡qué bella era Frida!.
Bella como una flor, violenta como un tigre, fuerte como una roca, dulce como el azúcar, brillante como el sol, y única como un eclipse de luna… asi como se describe la biografia de Frida Khalo una de las mas grandes mujeres que ha dado Mexico.