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La Biografia de Emiliano Zapata Salazar Revolucionario Mexicano

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La biografia de Emiliano Zapata nos dice que era un amante de la justicia y la verdad como pocos lo ha habido. Su generosidad y amor por las causas buenas lo llevaron a proponerse, incluso desde niño, luchar por aquellos que no podían defenderse. una frase muy utilizada por el “Libertad, justicia y ley”

Han sido pocos los que han tenido un corazón tan noble y puro como el de este valiente General y por ello vamos a profundizar en su vida y sus hazañas, para descubrir la historia detrás de su honorable persona.

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La vida de Emiliano Zapata en sus primeros años

Emiliano Zapata nació en una familia campesina de Anenecuilco, Morelos, México, el 8 de Agosto de 1879. Tuvo seis hermanas: Celsa, Ramona, María de Jesús, María de la Luz, Jovita y Matilde; y tres hermanos: Pedro, Eufemio y Loreto. Todos hijos de Gabriel Zapata y Cleofas Salazar. Descendiente de una familia militar por excelencia, su abuelo materno, José Salazar, militó en el ejército de José María Morelos y Pavón durante el sitio de Cuautla y sus tíos paternos Cristino y José Zapata lucharon en la guerra de Reforma contra la Intervención Francesa.

Su infancia trascurrió durante el período del latifundismo porfirista en Morelos.

Realizó sus estudios más tempranos con el profesor Emilio Vara, y a sus nueve años, ocurrió el evento que decidiría su destino: al presenciar el robo de tierras a campesinos, efectuados por hacendados de la zona, y después de escuchar a su padre que le respondía que nada podía hacerse para evitarlo o devolverlas, se propuso a devolverlas él mismo una vez que creciese.

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Datos importantes en la vida de Emiliano Zapata

Años después, a la edad de 16 años, murió su madre, y perdió a su padre 11 meses después.

Pronto comenzó a trabajar como labrador y carretero, pero el 15 de Junio de 1897 fue aprehendido por las fuerzas rurales de Cuernavaca. Su hermano Eufemio logró que lo dejaran en libertad a punta de pistola, y por esta razón, los hermanos Zapata se vieron forzados a abandonar el estado. Tras esto, Emiliano permaneció un año trabajando en la hacienda de Jaltepec, en Puebla.

Inicios en la milicia

En 1906, asistió a una junta de campesinos en Cuautla para discutir la forma de defender sus tierras y las del pueblo frente a los hacendados contiguos. Su actitud rebelde lo condenó al reclutamiento, y dos años después, fue incorporado al 9° Regimiento de Caballería, bajo el mando del coronel Alfonso Pradillo. Se trasladó entonces a Cuernavaca, donde fue asignado como caballerango de Pablo Escandón, Jefe del Estado Mayor de Porfirio Díaz; y posteriormente fue a cumplir las mismas funciones bajo el mando de Ignacio de la Torre, yerno del mismo General Porfirio Díaz, y quien le tomaría especial afecto por su destreza y conocimiento con los caballos.

Se dice que en la historia de Emiliano Zapata,  el motivo por el que se incorporó al ejército fue el hecho de haber sido acusado de haber raptado a una joven, acusación que puso el padre de Inés Alfaro Aguilar, misma con quien tiempo después Emiliano tendría dos hijos: Nicolás y Elena Zapata Alfaro.

El 12 de Septiembre de 1909, tres años después, fue elegido líder de la Junta de Defensa de las tierras de Anenecuilco, donde empezó a analizar documentos que se originaron en el virreinato que acreditaban los derechos de propiedad de los pueblos sobre sus tierras, (los cuales habían sido negados por las Leyes de Reforma), sobre todo la Ley Lerdo que obligó a las corporaciones civiles a vender o ser expropiadas las tierras improductivas. Por esto, se convertiría en dirigente agrario de Morelos, su estado natal, haciendo su primera aparición política de prominencia en las elecciones para gobernador de Morelos de ese mismo año, cuando apoyó al aspirante de la oposición Patricio Leyva en contra de los latifundistas como Pablo Escandón y Barrón.

Un año después, en Mayo de 1910 recuperó a la fuerza las tierras de la Hacienda del Hospital​ que eran protegidas por el jefe de policía, José A. Vivanco, y que dejó en posesión de los campesinos del lugar. Esta hazaña le costó el ser declarado bandolero, por lo que tuvo que escapar varias veces del gobierno. Algunos meses después participó en la reunión que se celebró en Villa de Ayala, con objeto de discutir lo que después se convertiría en el famoso Plan de Ayala, y donde reunió a los vecinos de tres pueblos: Anenecuilco, Villa de Ayala y Moyotepec.

Plan de San Luis y pláticas con Madero

Al proclamarse el Plan de San Luis, que marcaba el inicio de la Revolución de 1910, Emiliano leyó un ejemplar; llamándole la atención el Artículo Tercero, que ofrecía la restitución de las tierras a sus legítimos propietarios. Desde entonces entró en contacto frecuente con Pablo Torres Burgos, con quien llegó al acuerdo de que se entrevistase con el Jefe de la Revolución Francisco I. Madero, en San Antonio, Texas.

El resultado de esta entrevista fue la decisión de tomar armas por Pablo Torres Burgos, Emiliano Zapata, Rafael Merino y cerca de 60 campesinos, entre los que se encontraban: Catarino Perdomo, Próculo Capistrán, Manuel Rojas, Juan Sánchez, Cristóbal Gutiérrez, Julio Díaz, Zacarías y Refugio Torres, Jesús Becerra, Bibiano Cortés, Serafín Plascencia, Maurilio Mejía y Celestino Benítez. Esto lo hicieron el día 10 de Marzo de 1911, cuando proclamaron el Plan de San Luis y posteriormente se dirigió hacia el sur, pues ya era perseguido por Aureliano Blanquet y su batallón de soldados. De este período del movimiento zapatista se destacan las batallas de Chinameca, Jojutla, Jonacatepec, Tlayecac y Tlaquiltenango; además, también fue en este período que murió el zapatista y antiguo líder del movimiento, Pablo Torres Burgos, y a su muerte, Emiliano Zapata fue elegido por la junta revolucionaria del sur nuevo jefe revolucionario maderista del sur, el 29 de Marzo de 1911.

Líder del movimiento

Tras ser elegido líder del movimiento, Emiliano decidió establecer su cuartel general en Cuautlixco, un pueblo cerca de Cuautla. Desde ahí dirigió el ataque al Ejército porfirista, defendido por el 5° Regimiento, al mando del coronel Eutiquio Munguía; además de un Cuerpo Rural, a las órdenes del comandante Gil Villegas, y finalmente logró tomar la ciudad el 13 de Mayo del mismo año. Él mismo expresó que, para él, la guerra no terminaba con el derrocamiento del porfirismo, sino con el cumplimiento del objetivo del pueblo campesino: la devolución de las tierras robadas por los hacendados millonarios.

Estas hazañas y afirmaciones dieron lugar a que Francisco León de la Barra, presidente interino, lo considerara rebelde y mandase fuerzas a someterlo. Para Agosto de 1911, Francisco I. Madero acordó entrevistarse con Emiliano Zapata en Yautepec para buscar una solución pacífica en el conflicto y con el fin de convencerlo de que licenciara sus tropas. Mientras esto ocurría, Emiliano también tenía que arreglárselas con la dura crítica de la prensa conservadora del país.

En la reunión con Madero, no se logró ningún acuerdo, pues este no concebía la reforma agraria como lo hacía Emiliano. Madero creía que primero había que hacer una reforma política profunda, mientras que para Emiliano Zapata la devolución de las tierras robadas por las haciendas era la prioridad y, además de ello, consideraba que Madero había traicionado la revolución. El gobierno federal reiteró su decisión de imponer el orden por la violencia, y Emiliano se desplegó con sus tropas a los límites entre el Guerrero y Puebla, escondiéndose del gobierno y generando emboscadas a pequeños contingentes federales.

Poco después, el 20 de Agosto de 1911, contrajo matrimonio con la señorita Josefa Espejo Sánchez, conocida como “La Generala” y originaria de Anenecuilco, con quien procreó dos hijos más pero ambos murieron a muy tierna edad.

Una vez que Madero alcanzó la presidencia de la República, las diferencias entre ambos no disminuyeron. De hecho, Emiliano y Madero tuvieron una fuerte discusión durante una entrevista en el Palacio Nacional, cuando Madero ofreció a Emiliano una haciendo en el estado de Morelos, alegando que era un pago a sus servicios a la Revolución. Esto enfureció enormemente a Emiliano quien replicó que él no se había levantado en armas para conquistar tierras y haciendas, sino para que al pueblo le fuese devuelto lo que una vez les había sido robado.

Se dice que la furia de Emiliano fue tal, que no dudó en golpear amenazadoramente el escritorio de Madero.

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Emiliano Zapata fue un lider revolucionario y creador del movimiento zapatista

Pese a esta discusión, sostuvo frecuente comunicación con Madero y durante sus otras charlas, le demostró con base y contundentemente como se sentían los campesinos en relación al despojo de sus tierras.

Plan de Ayala

El 25 de Noviembre de 1911, en la vida de Emiliano Zapata fue un año importante ya que lanzó el Plan de Ayala, redactado por Otilio E. Montaño, documento que se convertiría en su estandarte y en el fiel ejemplo de la ideología de los campesinos morelenses. En él se exigía la redención de los indígenas y la repartición de las propiedades creadas durante el porfiriato. En el mismo también se desconocía a Francisco I. Madero como presidente y se reconocía a Pascual Orozco como jefe legítimo de la Revolución mexicana; también se encargaba de dejar claro el carácter social del movimiento y rectificaba el concepto de “clase” dentro de la sociedad mexicana.

El documento, además, exponía que, en vista de que no se había cumplido con lo que se le había prometido al campesinado, la lucha armada era el único medio para obtener justicia.

Hitostia de Zapata y conflictos posteriores

Durante 1912, Emiliano Zapata combatió al Ejército Federal que, al mando de los generales Arnoldo Casso López, Juvencio Robles y Felipe Ángeles, buscaba la pacificación en los estados del sur. Los zapatistas se defendieron de una forma «brutal», según la versión del Ejército Federal. De ese año sobresalieron los ataques a Tepalcingo, Yautepec, Cuautla y Cuernavaca, aunque para ese entonces el movimiento zapatista era muy débil, tanto en el ámbito político como en la rama militar, sobre todo cuando la campaña del gobierno maderista contra los sublevados quedó a cargo del general Felipe Ángeles.

Tiempo después, ocurrió el asesinato de Francisco I. Madero y el ascenso en el poder de Victoriano Huerta, cuando la lucha armada se agravó y Emiliano fue uno de los jefes revolucionarios más importantes, al tiempo que introdujo importantes reformas en Morelos.

Una vez en el poder, Victoriano Huerta envió una comisión encabezada por el padre de Pascual Orozco, enviado a pactar la paz con Emiliano Zapata. Para ese momento histórico, Emiliano contaba con el dominio de Morelos y parte del Estado de México, del estado de Guerrero, de Puebla y de Tlaxcala, y se negó rotundamente a negociar con aquellos a quienes llamó los “asesinos de Madero”. Fusiló al emisario de Huerta, envió una carta al general Félix Díaz, repudiando al gobierno de Huerta y reformó su Plan de Ayala, declarando que Victoriano Huerta era indigno de la presidencia del país. Fue entonces Pascual Orozco se le retiró el cargo de Jefe de la Revolución y Emiliano quedó como único jefe del Ejército Libertador del Sur.

Alzamiento

Dos años después, durante los primeros meses de 1914, Zapata tomó Jonacatepec y Chilpancingo, y ya para Abril de ese mismo año ya había controlado por completo el estado de Morelos y algunos lugares de Guerrero. Poco después tomó Cuernavaca y para junio ocupó Cuajimalpa, Xochimilco y Milpa Alta, con lo que amenazaba a la Ciudad de México. La población de la capital del país, huía al saber la cercanía del ejército de Emiliano Zapata.

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General Emiliano Zapata

En septiembre, Venustiano Carranza envió a Juan Sarabia, a Antonio I. Villarreal y a Luis Cabrera Lobato a conferenciar con él, pero nuevamente el caudillo exigió la renuncia de Venustiano Carranza al Poder Ejecutivo, y el reconocimiento del Plan de Ayala. Los emisarios, como toda respuesta, abandonaron su campamento y el estado, pues Carranza rechazó rotundamente sus peticiones, calificándolas de «inadecuadas» para el momento en que vivía el país.

Al tiempo, Emiliano Zapata se unió con Francisco Villa y ambos reconocieron a Eulalio Gutiérrez como presidente provisional de México, lo que provocó la continuación de la guerra civil. A finales de noviembre, la poderosa División del Norte y el Ejército Libertador del Sur entraron en la Ciudad de México.

Alcanzó así fama nacional el movimiento zapatista como la otra cara de la moneda entre los campesinos del sur y los del norte, y en su estancia en la capital, las tropas tuvieron una actitud más que pacífica, obteniendo recursos mediante limosnas y evitando robos y asaltos de algunos bandidos que ensuciaban su nombre haciéndose llamar “zapatistas”. El 4 de diciembre, Villa y Zapata tuvieron la célebre entrevista de Xochimilco, lográndose una alianza militar entre ambos ejércitos. Villa aceptó en cambio el Plan de Ayala, a excepción de sus acusaciones a Francisco I. Madero, quién había sido su libertador, y se obligó a dar armas a Emiliano.

Concretados los anteriores acuerdos, Emiliano partió rumbo a Amecameca y tomó Puebla el 17 de Diciembre de 1914, aunque en los tiernos comienzos del año siguiente la plaza le fue arrebatada por las fuerzas del general Álvaro Obregón. Tiempo después, en 1916, una vez que Venustiano Carranza se había instalado en la Ciudad de México y que Francisco Villa hubiera sufrido serias derrotas por parte del ejército de Álvaro Obregón, Carranza dispuso la ofensiva contra el zapatismo, al mando de Pablo González Garza. Y al año siguiente, Emiliano lanzó una contraofensiva con la que reconquistó Jonacatepec, Yautepec, Cuautla, Miahuatlán, Tetecala y Cuernavaca.

En Marzo expidió la ley administrativa para el estado, reabrió escuelas, creó instituciones para reiniciar la producción de alimentos del campo y continuó la guerrilla en zonas adyacentes y de frontera. Tristemente, en Octubre entró el general Pablo González Garza entró a Morelos, apoderándose del territorio.

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Caída del zapatismo y muerte de Emiliano Zapata

Para 1918, Emiliano Zapata era un guerrillero con poco futuro pues, ante las constantes batallas y las escasas municiones, la muerte de los cabecillas y la ley agraria de Carranza que había apaciguado la causa, su movimiento, siendo la indudable manifestación del descontento campesino que era, no llegó a consolidarse como una verdadera organización político-militar. Siendo una rebelión de masas campesinas, se limitó a realizar su guerra de guerrillas a partir de entonces.

La guerra por parte del gobierno tomó perfiles despiadados en el norte. El gonzalista Jesús Guajardo le tendió una trampa a Emiliano, haciéndole creer que estaba descontento con Carranza y que estaría dispuesto a unirse a él. Emiliano, desconfiando por su puesto, le pidió pruebas y Guajardo se las dio al fusilar a aproximadamente 50 soldados federales, con el consentimiento de Carranza y Pablo González, y ofrecerle armamento y municiones para continuar la lucha. Así, acordaron reunirse en la Hacienda de Chinameca, en Morelos, el 10 de Abril de 1919. Ese día, Emiliano acampó con sus fuerzas a las afueras de la hacienda, y se acercó a la misma acompañado únicamente por una escolta de 100 hombres. Al cruzar la parte superior, una ordenanza apostada a la entrada, tocó con su clarín la llamada a honores. Ésta fue la señal para que los tiradores, escondidos en las azoteas, abrieran fuego contra Emiliano, que alcanzó a sacar su pistola, pero un balazo se la tumbó. Esto dio lugar a un tiroteo masivo en el que el personaje de Emiliano Zapata fue asesinado por más de 20 balas de escopeta en todo el cuerpo, y se convirtió en una leyenda de la revolución y símbolo de los campesinos desposeídos.

Conclusion

La biografia de Emiliano Zapata Salazar es sumamente interesante ya que muestra la vida de un hombre que lucho por la justicia y la causa del pueblo mexicano.